cuando el tiempo se te detenga
y decidas acariciar el polvo de entre los huesos
que forman tus costillas
que recorras todas las manos que lo han hecho antes
y recuerdes, aunque fuese,
el boceto de mis pestañas
de tu prisa por besarme
mis zapatos rotos
mi silencio sobre tus pecas
de mis dedos deslizándose por tu vientre,
las noches para nosotros
y mis ojeras cuando te ibas
entonces yo, seriamente
admitiré que soy demasiado cobarde
para olvidarte
y mi seriedad te hará reír
te limpiará parte del recuerdo
de cuando aún recordabas
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